4 ESO B. L'infern d'Auschwitz

 Lorna R. i Julia U. han escollit el projecte "L'infern d'Auschwitz". El treball consistia en escriure un diari d'un presoner a Auschwitz. Lorna i Julia han decidit convertir-lo en un vídeorelat. El text és de Lorna i les il·lustracions i edició de Julia. Podeu veure ací el resultat

Ací teniu el text escrit: 

                                                                                                                       22/10/1942

Hoy empezaba mi vida en el infierno.

Los nazis habían encontrado mi escondite donde nos encontrábamos tres personas, Stefan, su esposa Ela y yo. Éramos vecinos y también muy buenos amigos, por eso decidimos escondernos los tres en la guardilla que había en mi casa. Solo yo sabía de esa guardilla ya que mis padres habían sido capturados antes de poder esconderse. Afortunadamente había suministros suficientes para tres personas al igual que tres sacos donde poder dormir sin morir de frío. Esa mañana Stefan decidió bajar e ir a su piso a por  más latas de comida ya que Ela estaba muy débil y necesitaba más nutrientes, yo les había dicho que si hacía falta yo le concedía mi ración de comida con tal de que no bajara ya que antes  habíamos escuchado a los nazis capturando a más de nuestros vecinos. Estaba aterrorizada pero Stefan, que era muy cabezota, bajo prometiendo que sería muy cuidadoso y rápido  y que nadie se darían cuenta de su presencia, no deberíamos haber confiado en el. Nada mas salió de la guardilla se tropezó con las escaleras y eso llamo la atención de los nazis nosotras  intentamos ayudarlo para que volviera a entrar  e hicimos más ruido desvelando así  nuestro escondite, obviamente los nazis no tardaron en tirara la puerta abajo y capturarnos.  

 

                                                                                                                      23/10/1942

Una vez capturados por los nazis nos llevaron hasta Auschwitz. Fue un largo trayecto en el que algunos prisioneros murieron y como si no fueran nada los dejaron allí tirados en medio de la nada. Entre los SS había un prisionero  que parecía mandar,  aunque menos que los SS. Le llamaban kapo Pawel, tenía un acento polaco  pero hablaba un alemán bastante fluido. En aquel momento decidí que me ganaría su confianza para así facilitar mi vida en el campo de concentración ya que aunque hacía poco que lo habían construido había oído rumores de lo terrible que era estar allí y que una vez que llegabas sabías que morirías allí. Yo esperaba evitar aquello a toda costa.

                                                                                                         

                                                                                  

 

 

 

30/10/ 1942

Había pasado una semana desde que llegamos al campo, a Ela y a mí nos asignaron en el bloque 18, en cambio a Stefan se lo llevaron y de momento no sabíamos nada de él. La pobre Ela pensaba que lo habían fusilado y se pasaba las noches llorando, yo intentaba calmarla diciéndole que estaría en otro bloque  y que seguro que lo volveríamos a ver.

Al principio trabajamos en el campo cultivando, pero nos trasladaron a la cocina ya que dos prisioneras habían muerto y sus puestos quedaron bacantes. No nos podíamos quejar, aunque se pasarán repitiendo la frase de <<el trabajo os liberara >>no estaba tan mal. Nos pasábamos el día dentro de esa horrible cocina sí, pero al menos nos dejaban comernos las sobras de los otros, no sobraba mucho, pero algo era mejor que nada. Un día me hicieron llevarles la comida a  dos kapos que no llegaron a tiempo a la hora de comer. Ellos vigilaban a los demás prisioneros en la fábrica de armas, y al parecer es día intentaron escaparse algunos. Cuando llegue a la bloque que me indicaron observe que allí se encontraban , el kapo Pawel y Stefan. No pude contener la alegría al verle y le abrace, porque aunque todas las noches le decía su esposa que lo volveríamos a ver  en realidad, me temía lo peor.

 

31/10/ 1942

Por un simple abrazo ahora me encontraba  en bloque 11, o más bien en una cárcel dentro de una cárcel. Los prisioneros teníamos prohibido el contacto físico con los kapos, al parecer a Stefan le habían nombrado kapo ya que  él se estaba preparando para ser policía antes que todo esto ocurriera. Yo no sabía que estaba prohibido a abrazar a un amigo, tan solo me alegre de verle pero al parecer al kapo Pawel no le hizo ninguna gracia y ahora debía pasar el resto de la semana en este apestoso sitio donde podías ver la vida de los demás irse poco a poco por sus ojos, sus flacuchos cuerpos no aguantarían mucho. La gente de allí estaba condenada a morir y temía acabar igual que ellos

 

VERANO  DE 1943

Estaban construyendo un nuevo bloque, el bloque 29. Se rumoreaba de que sería como un almacén, otra gente decía que sería otra cámara de gas, algunos tenían la esperanza de que fueran unas duchas en condiciones,  ya que los días de higiene que eran los domingos, consistía en un manguerazo  a presión en el patio por turnos, primero los hombres y luego nosotras.

Acabo siendo lo que nadie imagino, un burdel

 

10/01/1945               

Ela  había muerto el mes pasado por tuberculosis y Stefan tras enterarse de la muerte de su esposa  despareció, dios sabe que le paso a mi querido amigo. Desde lo del burdel las cosas habían cambiado bastante, me hice amiga del kapo Pawel, bueno éramos más que eso. Cuando  se entero que me iba  a presentar voluntaria para trabajar allí vino hecho una furia para que no lo hiciera, le explique mis razones, estaba muy débil y por lo que había oído si trabajas allí te daban mucha más comida y caprichos, a lo que él me contesto que para eso no tendría que ir allí, tan  solo estar con él. Me pareció extraña su oferta pero sin duda era mucho mejor que trabajar en el burdel. Todo fue bien hasta que me entere de que  estaba embarazada. Si  alguien se enteraba… no quiero ni pensar en que nos harían. Pawel había pensado en huir, pero yo estaba constantemente vomitando, sería imposible lograrlo sin que nos atraparan y nos fusilaran, teníamos que buscar otra soluciones, rápido.

 

30/01/1945

Al final no hizo falta que pusiéramos nuestras vidas en peligro intentando huir ya que hace tres días 27 de enero, miles de soviéticos vinieron a liberarnos. Todavía recuerdo el caos que se formo, pero después de tanto sufrimiento, por fin éramos libres y aunque la vida allí era horrible, sobre todo por  culpa de los violentos SS que más de una vez nos pegaron, nos gritaron, nos humillaron, conseguimos sobrevivir, volvimos a ser libres y a pesar de haber vivido un infierno yo había conseguido formar una familia.